Se cumple el primer aniversario del triunfo electoral del actual intendente. Un hito en la historia política de Piquillín tras 32 años de gobiernos radicales el justicialismo volvió al poder. «Marcamos un cambio de época» expresó el jefe municipal.
El 11 de Junio de 2023 quedará grabado en la historia de Piquillín, ya que ese día, el abogado David Moreno obtuvo un triunfo electoral, que cortó con 32 años de gobiernos radicales y devolvió al justicialismo al poder.
Se cumple un año de esa fecha histórica, y ya en funciones como intendente, Moreno accedió a una entrevista con El Piquillense, para contar cómo vivió aquella campaña electoral y las sensaciones que experimentó al haber triunfado después de tantos años de militancia y varios sinsabores.
-¿Cuándo fue la primera vez que dijiste «me gustaría ser intendente?
Desde el momento que conocí la política. Desde muy chiquito he militado, siempre me involucré y siempre fue mi sueño. Siempre dije que quería ser intendente y estuvo dentro de mis prioridades.
-¿Qué recordás de aquellos primeros años de militancia?
Me acuerdo de mi viejo, que me llevaba a todos lados, también salir con mis hermanos a pegar carteles. Tengo un recuerdo del triunfo para la segunda intendencia de Strumia, de ir por las calles en brazos de mi viejo cantando y festejando.
Después de tantos años de militancia, ¿qué sentiste cuando fuiste elegido candidato a intendente?
Por un lado sentí agradecimiento y por el otro, reconocimiento a la trayectoria, por todo el camino que fui haciendo. Siempre tuve el pensamiento de que si había alguien mejor, ese debía ser el candidato y había que apoyarlo. Cuando me eligieron, me sentí reconocido por mi gente. También tuve miedo, varios sentimientos se me cruzaron, pero a la vez estaba tranquilo, porque pasara lo que pasara, había llegado a ser candidato a intendente y ya había cumplido con mi objetivo.
-¿Qué estrategia electoral crees que fue clave para tu victoria en las urnas?
Creo que fue importante mantenerme en lo que he sido siempre, alguien de perfil bajo. Poder hablar con la gente, no prometerles cosas que no se pueden cumplir y además, ser sincero y consecuente con lo que uno ha pensado desde siempre, creo que terminó siendo fundamental.
-¿Crees que tu mensaje llegó con claridad durante la campaña?
Espero que sí. Cuando iniciamos la campaña dijimos que queríamos ser distintos. En el sentido de que sabíamos que la gestión que se iba tenía cosas buenas y siempre lo hemos reconocido, pero a la vez nosotros teníamos otra mirada para aportarle algo mejor a nuestro pueblo. Eso es lo que trasmitíamos cuando charlábamos con los vecinos, porque el candidato fue todo el equipo que trabajó en campaña. Mantenernos en esa postura a nosotros nos sirvió bastante.
-¿Alguna adversidad que hayas tenido durante la campaña?
A veces sentís que remás en dulce de leche cuando las cosas no salen como esperabas. Si no contas con el recurso económico se hace difícil. Por suerte, al día siguiente de haber ganado no tuvimos que decirle al vecino «acá está lo que te prometimos», porque eso no existió en nuestra campaña.
-¿Y alguna satisfacción?
Que a donde fui, la gente me abrió la puerta y me escuchó. Hablo de vecinos con los que no había tenido conversaciones y que mediante una charla pudimos ver que compartíamos muchas cuestiones sobre el pueblo. Eso me generó mucha satisfacción.
-¿Qué tan importante fue tu equipo de campaña?
No me van a alcanzar los dias de la gestión para agradecerles a todos los que trabajaron para que yo hoy sea intendente. Esto no fue un logro personal, si no que fue fundamental toda el apoyo de la gente que me acompañó. Principalmente mi familia y todos esos vecinos que se pusieron la campaña al hombro como si fuera propia. Eso no tiene precio.
-¿Considerás tu victoria electoral como un hito en las historia política de Piquillín?
Y…marcamos una historia. Pasaron 32 años del último gobierno justicialista. Cortamos con esa hegemonía, así que sí, hicimos historia.
-¿Qué sensaciones tuviste cuando te confirmaron que habías ganado la elección?
Los primero que se me vino a la cabeza fueron mis viejos . Fueron muchos años que me vieron llorar cada vez que perdíamos una elección, ya sea local, nacional o provincial. Creo que les regalé algo que siempre ellos esperaban que se me diera.
-¿Crees que ellos hicieron un poco de fuerza para que ganaras?
(Sonríe) Sí, seguro que sí. Tengo la imagen de un vecino que me alzó en brazos el día que ganamos las elecciones y eso me hizo recordar a mi viejo y a la última elección local que habíamos ganado.
-Ya sos intendente, ¿es lo que esperabas que fuera?
La verdad es que mirar el estado desde adentro te genera nuevos desafíos. Desde adentro se observa otro panorama. En cuanto a la función, te da muchas satisfacciones, sobre todo cuando podés avanzar y ayudar a la gente, y frustraciones cuando ves que no alcanza, y más en la época económica en la que estamos, en la que el vecino está muy necesitado. Que el Estado no pueda estar ahí para todos siempre, genera frustración.
-¿Va a haber algún festejo por el 11-J?
Algo vamos a hacer con los chicos que trabajaron en campaña, algo íntimo. Entre todos marcamos un cambio de época y creo que nos merecemos un festejo.
-¿Cómo se siente que la gente te diga «intendente»?
No me gusta, a mi me gusta que me digan David. Si bien soy intendente, no quiero perder lo que he sido siempre: David o Davicho. Que me llamen intendente me pone incómodo. No es que no lo asuma, se el lugar que ocupo y la responsabilidad que tengo, pero prefiero mantener la cercanía con el vecino.