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«Nunca es tarde para hacer deporte»

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Paula Daniele habla de su trayectoria en el patinaje; su pasión, y de las enseñanzas que le dejó el deporte para su vida.

Hace 24 años que es profesora de patín, ha dictado clases por toda la zona, y es la responsable de que muchas jovencitas (y otras ya no tanto), vivan con pasión este deporte. A sus 39 años, esta oriunda de Río Primero, que vive y sueña sobre ruedas, nos explica con emoción algunos secretos de la práctica: “Siempre digo que la contención, el apoyo y el amor es muy importante en esta actividad, sobre todo a la hora de salir a la pista, y mucho mas en una competencia. Trato de que los padres de mis alumnas lo tengan presente, para que les brinden esa contención emocional, para que no caigan en su ánimo cuando las cosas no salen”.

Paula Daniele, creció en una familia con 5 hermanas mas (todas mujeres), y ama patinar casi desde que tiene memoria. Y sus genes se trasladaron a su hija, que patina desde los 2 años, y hoy tiene 16. Acaba de triunfar en la categoría elite profesional en el Primer Torneo Provincial de Patín desarrollado en Santa Rosa de Calamuchita, pero más allá de la medalla dorada que se llevó, atesora otras cuestiones sobre la experiencia vivida: “Estoy feliz por el logro, pero más por haber cumplido con los objetivos que nos planteamos antes con el cuerpo técnico, y el puntaje fue mayor al esperado, así que estoy muy satisfecha. Además, fue una experiencia maravillosa en otro sentido, los 4 días de competencia fueron muy fríos de temperatura, pero estuve rodeada con calidez humana, que es muy importante. Estuve junto a otros profes amigos, que también compiten, mi maquilladora personal, el cuerpo técnico que estuvo siempre para guiarme y contenerme”, describe la patinadora.

– ¿Fue difícil este torneo provincial?
Fue muy intenso, de Jueves a Domingo estuvimos en competencia. Destaco que la organización fue maravillosa, y los desafíos que nos pidieron estaban reglamentados como la de categorías más jóvenes. Preparamos saltos técnicos de vuelta y media, y quedamos satisfechos por los resultados.

– ¿La edad es un impedimento para practicar este deporte?
Para el deporte nunca es tarde. No importa la edad ni la condición, el querer es poder y los objetivos, con esfuerzo se pueden cumplir. Mirá mi caso particular, se que no hay muchas personas que a esta edad se planteen los desafíos que me puse yo, pero pude cumplir con este primer provincial, y ahora la idea es clasificar a los otros dos, para luego ir al nacional, que se realizará en Neuquén a fin de año. Ya el año pasado fui al nacional de Catamarca, y voy a trabajar para repetirlo.

 

 

Desde los doce años Paula practica patín, es el deporte que amó desde que sus padres le dieron la oportunidad de comenzar a practicarlo, es su cable a tierra: “Es un deporte tan completo en todos los aspectos que logra llenar todas las áreas de la vida. Amo transmitirlo a tantas niñas y niños, jóvenes, adolescentes y adultos. Es mi pasión, lo llevo incorporado en mi corazón. La satisfacción que me da ver a mis alumnas llegar a cumplir sus metas, me llena, lo es todo”.

-¿Fue difícil aprender a patinar? ¿Tuviste frustraciones al respecto?
No me fue difícil, se dio naturalmente …pero si me he frustrado y sentí que nunca me iba a salir algún salto, algún trompo. Me pasó de irme enojada conmigo misma de muchos entrenamientos. Pasó y pasa, pero la clave es seguir, nunca bajar los brazos, todo es psicológico. Siempre digo que un patinador es un verdadero guerrero valiente, que sabe como luchar en la pista y en la vida.

– ¿Que cosas le brindó a tu vida el patinaje?
En general a lo largo de tantos años me ha permitido conocer personas maravillosas ,amigos profes con quienes compartimos diferentes criterios u modos de ver técnicas, pero siempre con respeto llegando al diálogo y perfeccionando en bien y a favor de nuestros alumnos. Ir a los campeonatos nacionales a representar a nuestra querida Córdoba, ponernos la camiseta es increíble, es algo que no se olvida jamás ,estar tan unidos todos por un mismo objetivo es algo maravilloso .
Otra cosa que destaco es que me ha pasado de tener segundas generaciones, o sea chicas que a los diez años las tuve de alumnas; hoy son profesionales adultas y llegan al club de la mano de sus hijas pequeñas a patinar ellas y sus hijas. ¡Es una satisfacción tan grande!, pensar que pasó el tiempo y nunca lo percibí. Verlas llegar es un privilegio, una bendición inexplicable, es algo que pienso que no muchas personas pueden sentir o experimentar. Me traen fotos, recuerdos de competencias y hoy apuestan por sus hijas, es maravilloso.

«El deporte a lo largo de tantos años me ha permitido conocer personas maravillosas», confesó Paula.

La “profe de patín”, quien tiene como referente a un gran patinador, hoy ya desaparecido; Ernesto Tomagnoli; actualmente enseña en Piquillín (en un taller municipal), en los clubes Manuel Belgrano de Río Primero y Sportivo de Villa Fontana, y también en el Km 658, tiene mucho que agradecer: “Al club Belgrano por cedernos la pista para entrenar en horarios particulares, Mutual Belgrano por el apoyo incondicional en cada actividad relacionada con el patin artístico, a mi colega y amigo de hace muchos años; Adrián Baturin, quien me acompaña y guía los entrenamientos ,a mi hija y familia por apoyar mis decisiones en cuanto a viajes y ausencias y a todas las familias de mis queridos clubes en donde trabajo. Gracias por confiar en el servicio que brindo en cada localidad desde hace muchos años, por el reconocimiento a mi labor y por confiar en mis proyectos”.

 

Paula se emociona al hablar de patín, de sus compañeros, de sus alumnos y de todo lo que rodea a este deporte, y da la sensación de que esta entrevista podría ser mucha más larga, ya que se muestra ávida de contar anécdotas, de saludar a los que la rodearon todos estos años, de tratar de no olvidar ni un detalle, ni un nombre, ni una sensación: “Dejar huellas en el camino de la educación es algo que llena el alma ¡lo que el deporte me ha dejado es tanto! Hoy en las diferentes redes sociales, muchos jóvenes me mandan solicitudes y cuando acepto, me dicen `profe, ¿te acuerdas de mi?´. Y sí, tengo los mejores recuerdos atesorados en mí; y sus mamas siempre recordándome los momentos compartidos. Realmente no puedo pedir más a Dios y a la vida, me siento inmensamente bendecida con el trabajo que me han dado”.

 

 

 

 

*Nota publicada en la edición #68 de nuestra revista