En plena pandemia y con fines sociales,en el Km 691 nació una escuelita solidaria de fútbol

Luis Enriquez decidió fomentar la práctica de este deporte entre los niños. “Pienso, todo lo que podríamos hacer si más gente conoce lo que hacemos», expresó.

Cansado de ver a los chicos jugar con una botella de plástico simulando ser una pelota, un emprendedor social llamado Luis Enriquez, decidió crear una escuela de fútbol infantil para fomentar la práctica del deporte y a la vez, inculcar valores.

Todo surgió en marzo de 2021, cuando en contexto de aislamiento, decidió sacar a los niños de sus casas para que conozcan el deporte y prepararlos para en un futuro lograr competir en los “mundialitos” locales.

“Realmente es una tarea muy gratificante, pero los obstáculos no han sido pocos, y todo acá debe ser hecho a pulmón con los escasos recursos que tenemos», dice Luis Enriquez.

«Como cancha, tenemos solo un pedazo de terrero donde usamos ladrillos para simular los arcos; las camisetas son remeras de colores similares, pelotas, de plástico. Realmente necesitaríamos que la gente conozca lo que hacemos y el gusto que sienten los chicos por formar parte de la escuela», explica la situación el entrenador.

«De tantas necesidades, nos atrevimos a pedir colaboración a Transporte Carrara, donde obtuvimos una grata respuesta y nos donó un juego de camisetas; a los días nos contactó el Intendente de Piquillín, Horacio Rubiolo, un entusiasta del fútbol, quien se comprometió y de inmediato nos envío de tres pelotas, 20 pecheras y 20 conos», explicó.

“Pienso, todo lo que podríamos hacer si más gente conoce lo que hacemos. Nació algo muy lindo y lo queremos cuidar. Nos motiva que los alumnitos están emocionados”, se emociona.

Hoy la escuelita necesita de la colaboración de todos: arcos, redes, botines (aunque sea usados). Las donaciones se reciben tanto en la Municipalidad de Piquillín, como en la empresa Transporte Carrara.