Desde Piquillín surgió uno de los mejores representantes del atletismo argentino. De perfil bajo, pocos en la localidad conocen su historia. Conocé de quien se trata.
En abril de 1934 nació en la zona rural al sur de Piquillín, un pequeño de familia humilde, que tal vez nunca imaginó lo que el destino le depararía. Una vida llena de triunfos deportivos, lejos de su tierra natal.
En sus primeros años ayudó a su padre en diferentes tareas en los campos y en la albañilería. Ya en su adolescencia, junto a su familia migró a la ciudad de Córdoba, y allá, previo paso por el ciclismo amateur, empezó a agarrarle el «gustito a eso de correr».
Con su compañero y amigo, Gumersindo Gómez, comenzaron a entrenar y fueron parte de algunos clubes cordobeses que contaban con la disciplina de atletismo, pero no era suficiente, ya que «no veían un mango».
Ahí fue cuando nuestro campeón, Domingo Amaisón, tomó quizás la decisión más trascendente de su vida: viajó hacia Buenos Aireas, en donde empezaría a escribir su historia dentro del deporte nacional.
Usted que lee éstas líneas pensará que el redactor está exagerando un poco, y créame que no. Amaisón fue atleta olímpico (México 1968) y panamericano (Winnipeg 1967), y además nos representó en la Carrera de San Silvestre una de las más importantes del planeta, ¡y fue cuarto!
Sus inicios como atleta fueron en 1951, en 400 metros llanos y supo convertirse en emblema del atletismo nacional habiéndose consagrado, Campeón Argentino, Metropolitano, Sudamericano y ganador de 5 medallas de Oro en el Sudamericano de Río de Janeiro de 1965 (proeza histórica que le valió ser tapa de El Grafico).
Entre su carrera de fondo ganada en Concepción del Uruguay (1957) hasta su triunfo en Mar del Plata (1973), totalizó 23 títulos nacionales en pista, cifra que ningún otro atleta argentino ha conseguido en competencias individuales.
«Mingo», además, realizó extensas giras por Europa compitiendo al máximo nivel, sobre todo en España donde al día de hoy tiene un gran reconocimiento.
Desde su retiro de las competencias, Amaison se convirtió en un trabajador incansable por nuestro deporte. En principio como entrenador y luego como empresario, fue uno de los impulsores del Maratón Adidas de Buenos Aires a comienzos de los 80.
También fue el creador de la Media Maratón Ciudad de Buenos Aires y ha sido partícipe de muchas otras grandes pruebas entre las que se destacan: la 21k CBA de Noche, Maratón Dino Hugo Tinelli, Maratón Solidaria Accenture, Maratón de Santiago (Chile), Maratón Internacional de Bogotá (Colombia), Etapa Argentina del Tour de France y el Gran fondo de Buenos Aires.
Su perfil bajo, el que mantiene cuando vuelve al pueblo cada tanto a visitar a sus parientes, ha hecho que su terruño aún no lo reconozca como uno de los principales deportistas surgidos por estos lares.