En los años ´90 el padel llegó al pueblo de la mano de un grupo de jóvenes emprendedores que se entusiasmaron con el deporte y decidieron que la localidad debería tener su propia cancha. Te contamos cómo nació aquel «lugar de reunión».
Hace 25 años, o quizás más, que Piquillín no tenía una cancha de pádel en funcionamiento. Sin embargo, desde hace unos meses, el pueblo cuenta de repente con tres canchas (con turnos agotados) y una cuarta en construcción.
El deporte, que tuvo sus orígenes en México y fue furor en los años 90, volvió a ganar popularidad durante la pandemia. Cada vez más personas se suman a practicarlo, y los vecinos de Piquillín no dudaron en subirse a la ola padelera actual.
Muchos jóvenes recién están descubriendo este deporte, pero para los más grandes ha sido un redescubrimiento y una satisfacción, al saber que, a pesar del paso de los años, aún tienen la capacidad de competir.
Para los mayores, la historia del padel en esta localidad inició a finales del siglo XX, cuando un grupo de jóvenes emprendedores, con Oscár «Cachín» Moine a la cabeza, decidió que el pueblo necesitaba su propia cancha.
«Más o menos en el año 90 empezamos a jugar al padel en Río Primero, ya que allá era un boom. Yo jugaba y eso que ya tenía más de 40 años. Las personas grandes encontramos un deporte que físicamente podíamos practicar, no como el fútbol, que a esa edad se complica«, recuerda Moine sobre aquella época.
«Al año siguiente, con un grupo de gente empezamos a pensar en hacer la cancha en Piquillín. Uno que colaboró mucho fue Carlitos Saru, recuerdo. Como yo tenía lugar, me propusieron construirla en mi terreno. Entonces, me ofrecieron pagarme muchas horas por adelantado y conseguir publicidad para poder construirla», cuenta Moine.
«Por suerte, conseguimos mucha publicidad, a pesar de que era costosa. Gracias a eso, conseguimos plata para arrancar la construcción», agrega.
Cachín reconoce a Lalo Gudiño como quien le dio «una mano bárbara» para hacer los tejidos. También menciona a Eugenio Carrara y Víctor Odasso como algunos de aquellos «benefactores» que ayudaron a construir el nuevo espacio deportivo en la localidad.
–¿Iba mucha gente a la cancha?
Sí, era otra época, en la que no había nada acá. La cancha se convirtió en un lugar de reunión. Recuerdo que yo, con una radio de auto y un parlante, ponía FM y venían todos los jóvenes a escuchar radio y a mirar padel, que era la novedad del momento. Hacíamos choripan, vendíamos bebidas, tuvimos un auge tremendo, había días que no cabía más gente en el patio.
-¿Se agotaban los turnos como ahora?
Si, no tenía horas libres. Arrancaba a las 8 de la mañana y terminaba a las 3 de la madrugada. Hasta las mujeres venían a jugar, y en ese tiempo no era tan común que las chicas hicieran deporte.
–¿Se hicieron campeonatos en esa época?
Si, hacíamos campeonatos y venía la gente de todos lados. A medida que nuestros jugadores mejoraban su nivel, mejor competían y más querían venir de otros pueblos a jugar contra ellos.
-¿Que jugadores locales se destacaban en ese entonces?
Al principio, por supuesto, eran todos principiantes porque era algo nuevo, pero con practica, se empezaron a destacar Pamela Galetto, Gisela Morano y Lorena Gatto, entre las chicas. Entre los chicos, recuerdo al que quizás haya sido el mejor, el «Changa» Morano, aunque también había otros que se destacaban como Javier Morano, Diego Gatto, «Bachi» Guzmán, «Condorito» (Germán Góngora), y varios mas que seguro me estoy olvidando.
–¿Los jugadores locales aprendían con la práctica o había profesores?
Los pocos turnos libres que se podían rescatar eran a la siesta, así que aproveché para traer a un profesor de Córdoba para que enseñara en esos horarios, pero eras más que todo mujeres grandes las que se anotaron. Los demás aprendían con la práctica, pero varios subieron bastante su nivel y jugaban en torneos de otros pueblos.
–Aquella cancha de padel fue un furor pero terminó cerrando, ¿por qué?
Recuerdo que el periodismo de esa época era muy crítico con el padel, decían que era un deporte peligroso. No se si era que opacaba al fútbol 5 o si había otro motivo, pero siempre remarcaban las lesiones. La verdad que en mi cancha yo recuerdo solo una lesión importante, cuando Conrado Galfré saltó y cayó mal, lo que le provocó un problema en el pie, pero se recuper. No hubo lesiones graves´, y eso que antes se usaba piso duro; ahora es piso blando, con alfombra, y las paletas (palas) son más livianas.
«Tras el furor, el padel fue decayendo a nivel nacional y en poco tiempo cerraron muchas canchas. Y acá también muchos dejaron de jugar. Fueron tres o cuatro años muy exitosos y luego el movimiento se aplacó, por lo que decidí cerrarla», cuenta Cachín.
«Además, por mi otra actividad tampoco podía atenderla como se debía. Al principio dormía pocas horas por día para cumplir con los clientes. Pero, de todas maneras, dejó de venir la gente; se pasó de moda. Y ya no la pude sostener», se lamenta. «La cerré en el ´96 o ´97», completa.
-Además, en ese tiempo abrió otra cancha de padel…
Si, «Chocho Strumia» hizo también una linda cancha de padel, pero a mi entender eso no influyó. Cada uno tenía sus clientes y trabajamos bien durante años las dos. Además, cuando yo cerré, la otra cancha también cerró. La verdad es que la gente había perdido el entusiasmo.
¿Qué le generó saber que el pádel volvió a Piquillín?
Es muy bueno ver que Piquillín tiene vida. Estas tres canchas han generado un movimiento importante en el pueblo y eso me gusta mucho. Además, me trae recuerdos de aquellas épocas y de los partidos que se armaban. Habían logrado un muy buen nivel los chicos.
¿Conoce las canchas nuevas? ¿Está para jugar algún partido?
Las he ido a ver; están muy lindas las canchas y felicito a quienes emprendieron para hacerlas. Se que hay un grupo de gente grande que querían empezar a jugar padel, pero yo ya no estoy para eso; sólo para ir a ver algun partidito, tomarme una cerveza y disfrutar.
¿Cree que esta vez el padel llegó para quedarse?
Es difícil saberlo, porque cuando apareció pensábamos que era para siempre y no fue así. Pero ojalá que esta vez se quede para siempre. Es un lindo deporte, que tiene la particularidad de que la gente mas grande lo puede practicar. Hoy le compite al futbol 5, y aunque sabemos que el futbol siempre va a estar, es lindo tener una opción para quienes ya no pueden ir a patear una pelota.