Clever Vanay practica este deporte desde los 5 años y sueña con poder ser jugador profesional. Sus ídolos, sus anhelo de vestir «la celeste y blanca» y su trayectoria en esta nota.
En suelo argentino casi es ley que los chicos quieran correr detrás de una pelota todo el día, y que sueñen con ser Messi (o el Diego décadas antes). Pero las excepciones a la regla siempre están, y éste es el caso de Clever Vanay, un piquillense de 25 años, que desde pequeño corre detrás de una pelota, pero con un palo (stick) en la mano. Este joven juega al hockey desde los 5 años: «Por mi mamá, que nos llevaba a mis hermanos y a mí. Le gustaba que hiciéramos deporte y yo en particular amaba practicar el deporte que sea», confiesa.
-¿Ibas a los talleres municipales de hockey?
Si, no sólo a los de hockey ¡ A casi todos los que había!
-¿Cuando decidiste que lo tuyo iba más por éste deporte? ¿Te destacabas en la práctica?
A los 11, casi 12 años me decidí. Crecí jugando entre los grandes, jamás le tuve miedo al hockey, fui siempre muy competitivo, muy comprometido con aprender algo nuevo o que no me saliera. Desde chico el dominio que tenía con palo y bocha era bueno, era rápido y me gustaba mucho hacer lujos que veía en internet.
Clever tiene como referentes del hockey a Luciana Aymar, la ex «leona» bicampeona mundial y medallista olímpica, y a Gonzalo Peillat, campeón mundial también.
Pasé por varios clubes de Córdoba, gracias a un profe que venía de la ciudad; Beto Quintana, un grande del hockey. Me vio jugar y me propuso jugar en Córdoba, lo cual me daba un poco de miedo al principio, pero me jugué en el club Las Flores unos años, en Barrio Parque y entrené un tiempo en la `U´ (Universitario)», cuenta el deportista sobre su trayectoria.
«Por cosas que no me gustaron de ese club y también el gasto que requería jugar y entrenar, tuve que dejar, pero en principio fue falta de motivación propia», reconoce Clever que actualmente está sin club.
«Este año no me he decidido y estaba con una lesión. Pero hasta enero estuve participando en un torneo mixto con un grupo de amigos, con el cual salimos campeones de ese torneo. El equipo se llama Aliados, y es toda gente de Córdoba capital menos yo», agrega.
¿Se puede vivir de jugar al Hockey en Argentina?
No, los clubes de acá no pagan, te pueden dar sponsors y te pueden facilitar cosas como cuotas y otras facilidades, pero vivir de eso no. En algún momento tuve propuestas del club San Martín de Buenos Aires, que es re lindo y con buenas instalaciones. Me ofrecían pensión en el club y trabajar ahí ya que soy profe y árbitro de hockey, pero no me animé. Era muy chico
-¿Te gustaría irte a algún país que te permita tener un sueldo como jugador?
Si, a Italia por ejemplo. Un árbitro internacional me dijo: «Animate a irte al exterior, yo te ayudo con hacerte entrar a algún club ya que tengo contactos», pero la verdad es que mi condición económica no me lo permitía.
Clever además de jugador, es profesor y árbitro de hockey desde 2015: «Ese mismo año viajé a Tucumán, a un Nacional con un equipo de mamis. Después de eso viaje a 3 nacionales más como profe o preparador físico de El Carmen de Monte Cristo», cuenta.
-¿Que es lo que te apasiona del hockey?
¡Absolutamente todo! ¡Siempre me pareció un deporte hermoso, no lo cambiaría por ningún otro!
-¿Aconsejarías a otras personas a que se animen a practicarlo?
¡Obvio. Lo aconsejo muchísimo! Hasta hoy algunos lo tienen como un «deporte para mujeres», y no es así. Hay muchísimos equipos de hockey masculino con un nivel impresionante. Anímense a practicarlo, es un deporte muy completo, disciplinado y hermoso.
-¿Que sueño te gustaría cumplir con respecto a este deporte?
Jugar en el extranjero me encantaría; y bueno, vestir la celeste y blanca ese es el sueño de todos los jugadores, creo..
Con mucho entusiasmo Clever se brindó a esta nota, con ganas de contar sobre su deporte favorito, y para agradecer a quienes lo guiaron en su camino, como por ejemplo la «Profe» Irma Brandán, por haberlo iniciado en el hockey y por que «desde chiquito me tuvo un aguante impresionante, ya que era bastante rebelde cuando iba a sus clases», confiesa risueño. Y menciona especialmente a Alberto Quintana: «Mi profe, quien me ayudó siempre y me enseñó casi todo lo que se del hockey a nivel profesional». Y, también para hacernos saber, que no todo es fútbol en el deporte argentino.
«Me encantaría vestir la celeste y blanca, es el sueño de todos los jugadores»
Clever Vanay